¡Paraíso! V.2

El rugir de un cañón fue lo que hizo eco en mis oídos cuando, por momentos, había prescindido de mi sentido auditivo para concentrarme mejor en el manejo de ese timón que gobernaba la nave la misma que nos resguardaba y protegía. Sólo basto un cañonazo para que el barco cediera ante su camino y lograra retrasar al viaje hacía un inminente choqué de frente con el monumental cuerpo del a ballena. Suspiré por un inmenso alivio con la marea más calmada y la ballena retirándose tras un estrepitoso sonido, tal vez un reclamo por quitarle la paz que habría tenido.

Sólo mantuve un movimiento leve sobre el mando para esquivar del todo al animal de enormes proporciones; a mis espaldas ya se escuchaba la charla normal de los otros 3 pasajeros: eran las quejas de Raven por sus objetos perdidos, lo cual me hizo sonreír; unas palabras de agradecimiento propias de Bahrhi para que después dejará su cuero descansar, parecía que se agotaba muy rápido. Y Nash... Nash con sus habituales palabras sin tanto sentido que me confundían.Pero había algo más que lograba dejarme confundida y con curiosidad, era la melodía suave y calmada de un violín que se percibía.

Nadie en el barco tocaba y estaba muy lejos el sonido. Me acerqué a Nash y le preguntaba con calma -Oye... ¿Estoy loca o también escuchas ese violín? - Pregunte mientras daba pequeños golpes a mi cabeza para dar muestra de una broma junto con mis palabras. Un leve escalofrío paso por mi cuerpo debido a lo mojado de la ropa por esas mareas que habían dejado estragos en cubierta.

Parte Narrativa: "Encuentro del otro mundo."

Era sorprendente, el aire corría con lentitud de oeste a noreste miviendo los cabellos de las jóvenes que se encontraban en el interior de aquel barco, por un lado se encontraba una señorita de cabellos violetas y por el otro, también. Bueno, la otra chica tenía un cabello un poco más claro casi llegando a la tonalidad del rosa. ¿Pero por qué hablar sobre el cabello? Toquemos el tema de sus personalidades. Uno por un lado, por lo visto era el más flojo de aquella tripulación de raros, Bahrhi, seguidamente la chica de cabellos lilas, la "bromista", Awen. Después, la "histérica" y poco femenina, Raven, quien parecía era la más peligrosa de toda esa tripulación, o tal vez la más loca. Y para finalizar, el amante del peligro, Nash, el capitán de aquel barco. Todos habían llegado sanos y salvos bajando por aquella montaña a una velocidad impresionante y casi a punto de chocar contra aquella gran pared, que en realidad había resultado ser una enorme ballena la cual se había sumergido en el agua. Era tan grande, que incluso su silueta se veía, y no le había gustado el echo de que aquellos chicos le habían disparado. Dentro del agua, alzó aquella gran coleta al aire y la dejó caer con fuerza en el mar, provocando una ola la cual ajetreó a todo el barco y con él, a su tripulación.

El gran animal continuó dentro del agua por unos segundos hasta que por fin decidió salir de aquel lugar y posarse junto a aquella parte de los cabos gemelos, cercana al faro. Debajo de él, a unos cuantos metros, se encontraba una silueta alta y delgada, con un gran sombrero que parecía llevar en las manos un instrumente, un violín para ser exactos, la música resonaba en todo el lugar cercano a los cabos. El sujeto asemejaba a la figura de la muerte misma, incluso, podría decirse que era la muerte misma, después de todo, el sujeto era un ... ¡¿Esqueleto?!.

El sujeto al percatarse de que alguien había llegado a aquel lugar se levantó de aquella roca que funcionaba como asiento y el dulce sonido proveniente de aquel instrumento se había apagado, ya no había música. - ¡Yohohohoho! ¡Buenas tardes! - Gritó con fuerza y felicidad, era un esqueleto después de todo, amable, por más extraño que sonara. ¿Eran cosas cómo está lasque les esperaban en la grand line y a lo largo de su aventura a nuestros jóvenes aventureros?

Aquella "muerte" de apariencia artística (ropa) Tomó aquel violín dejándolo sobre aquella roca en la que con anterioridad se encontraba sentado, tomó bastón de color morado el cual se encontraba recargado sobre la misma roca. Aquel huesudo dejó el bastón en uno de sus brazos y de un gran salto casi inhumano, después de todo ... No era humano. Pero bien, tras aquel salto, llegó hasta el barco, para ser exactos en la punta de éste y con su boca abierta comenzó a reír nuevamente de aquella forma tan peculiar que él poseía. - Yohohohoho. No, no soy un titiritero. Yohohoho - Pronunció con felicidad mientras comenzaba a bajar de aquel lugar, acercándose con lentitud a ambas chicas que se encontraban en aquella tripulación, inclinó un poco su largo cuerpo y con seriedad pronunció. - Señoritas, ¿serían tan amables de enseñarme sus bragas? - Si, no solo tenía una apariencia tétrica pero a la vez curiosa y poco común, si no que era un esqueleto lo bastante pervertido como para pedirle a un par de damas que le enseñaran su ropa interior, sin embargo, de alguna forma se comportaba como caballero, después de todo, lo había pedido con respeto.

- ¡Yohohoho! - Río divertidamente ante las palabras de aquel par de chicas atrevidas, (1313), el sujeto reincorporó su cuerpo mostrando su gran altura y con una voz fría y seria pronunció. - Lamento decirles ... Que yo no uso bragas .... - Mientras las miraba desde el "cielo" abrió su boca y comenzó a reír nuevamente con aquella ria tan peculiar y poco común que poseía. Ya una vez terminada aquella pequeña charla el esqueleto se alejó de las chicas y se paró frente a todos los jóvenes que se hallaban en aquel barco, sosteniendo su bastón con firmeza en su brazo el cual realizaba una inclinación hacia su "pecho", se encontraba frente a ellos con aquella pose de elegancia que acostumbraba portar y con una sonrisa un tanto divertida pero a la vez espeluznante. Sin embargo, todo cambió cuando aquel chico el cual se encontraba primeramente dormido, hizo una pregunta un tanto especial, sobre él y la banda a la que con anterioridad pertenecía. Giró su cuerpo dando un poco la espalda a los chicos mientras observaba aquel gran mar.

- Si, así es. Yo pertenecí a la tripulación del Rey de los Piratas, Luffy-san. Sin embargo él hace unos años nos dio aquella ultima orden de separarnos ... Cada uno se fue por un camino diferente. Me pregunto donde estarán ahora todos los demás. - Comentó con una voz un tanto melancólica. - A veces tengo ganas de llorar ... ¡Oh, pero si yo no puedo llorar, no tengo ojos, ya estoy muerto! ¡Yohohohoho! - Si, había pasado de un recuerdo triste y propio de un abrazo a lo que parecía ser solo un chiste, y aunque fuera verdad quizá intentaba ocultarlo con aquellas palabras. - Lo último que me dijo a mi fue que ayudara a aquellos nuevos piratas que se adentraban en ésta zona, así que les ayudaré a hacerlo. ¡Yohohoho!-

El esqueleto simplemente continuó parado desde aquella posición mientras observaba como dos de los tripulantes del barco bajaban a las rocas, el esqueleto ante aquella pregunta de el chico que parecía ser espadachín, simplemente agachó su mirada hacia el barco. - No, no lo sé. - Contestó con un tanto de tristeza, pero eso ya no importaba del todo, se acercó al final del barco y observó la orilla del lugar mientras que los chicos se posaban ahí el esqueleto escuchaba la siguiente pregunta. Dio un salto nuevamente fuera del barco y calló en aquellos cabos, se acercó hasta el violín y detrás de la roca en la que se encontraba recargado el instrumento y donde con anterioridad él se encontraba sentado, tomó un pequeño objeto envuelto en una vendas, quizá ropajes, no se veía con claridad. Se acercó una vez más a la orilla con aquellos largos pasos que daba con sus largas piernas y de un salto volvió a aquel barco. Aún no contestaba la pregunta de la chica, sin embargo, estaba a punto de hacerlo. - Hace unos años, yo comí una fruta, una Akuma no Mi, al principio no sabía para que servía así que nunca la ocupé. Tiempo después, mis primeros Nakama y yo sufrimos de un ataque y todos morimos, pero, mi alma volvió a la vida gracias a los poderes de esa fruta y quedé por mucho tiempo solo, hasta que Luffy-san y los demás llegaron un día a mi y me ayudaron a romper una maldición. Por eso soy puros huesos. ¡Yohohohohoho! - Tomó aquel bulto lleno de vendajes y comenzó a abrirlo lentamente descubriendo una forma poco común, parecía una fruta pero muy diferente. - Ésto, mis queridas damas, es una Akuma no Mi. Y .... - alzó un poco su mano y señaló a la chica más atrevida de las demás, Raven. - Se la regalaré a usted, ya que a mi ya no me sirve y me han caído bien. Sin embargo, hay una condición, para conseguirla, usted o su capitán deberán .... Vencerme o matarme en una batalla .... ¡Oh, pero si yo ya estoy muerto. Yohohohoho! -

Desde mi posición observe como Nash, despreocupado por el sujeto cadavérico que entraba en su barco, se ponía a hacer ejercicio con unas planchas a presión, le miré un tanto confundida -Vaya Capitán - Pensé pero la exclamación por una frustración de Bahrhi me hizo voltear a verlo aunque él caminaba rápido ya fuera del barco, pensé en que era mejor dejarlo sólo por unos momentos ya que no sabía con exactitud la causa de dicho comportamiento y no era muy amiga para que se detuviera a contarme las cosas con calma. Después llamo mi atención el hombre de risa extraña ya que subía una vez al barco pero cargado con un paquetito de vendas y telas amontonadas, que cargaba entre las manos. Camine para acercarme a Raven pues ese sujeto contaba una historia algo triste, al menos a mi parecer, pero la hacía ver como sólo un hecho causal e incluso una broma.

Por un momento fije mi vista en el mar, absorta en mis pensamientos sobre una vida que no te puede ser arrebatada pero la de tus nakamas sí, que cada uno se vaya perdiendo y que al final sólo quedes en los huesos en la soledad y con un violín de compañero, esperando a aquellos desventurados que se crucen tu camino para algo de compañía, y para este sujeto el poder ver a mujeres en bragas. Si bien era cierto que algunas veces había escuchado sobre las famosas Akuma no Mi y me llamaba la atención algunas, esa clase de Akuma no Mi no la probaría; pero a ella sí, Raven la quería pero por su perdida de arma no podía cumplir con el requisito que le proponía Puro hueso, le había puesto assí por su visible condición. No logre evitar el reír un poco ante la nueva propuesta de Raven y trate de ayudarle para que la consiguiera, si no la comía yo ella podía sernos de utilidad. -E inclusive también puede mostrarle su sosten. ¿Cierto Raven? - Me atreví a decir aún permaneciendo al lado de ella.

El sujeto con felicidad volvió a reír una vez más, las propuestas de aquel par de chicas le parecían de lo más graciosa, sin embargo, el sujeto bajó mi brazo con todo y la fruta y comenzó a caminar hasta la orilla del barco para volver a bajar del mismo. - ¿No van a bajar? -Preguntó con tranquilidad mientras volteaba a verlas por un segundo, mientras que después de un gran salto bajaba del barco sin mucho trabajo y atraves de un gran salto. Caminó con elegancia hasta el capitán del barco que por sus acciones parecía ser el y ya una vez cerca le observó. - Dime, ¿tu eres el capitán? - Dijo con tranquilidad mientras le observaba, una vez más le preguntaría. - Estoy dispuesto a regalarle a tu joven amiga ésta fruta si tu o ella me ganan en una batalla. ¿Qué opina al respecto? - Sus palabras eran cordiales, acompañadas de mostrarle aquella fruta que llevaba en una de sus manos, sin embargo por su apariencia daba un poco de miedo pensar que tendrías que pelear contra él.