Comienza el rastreo

Caminé por las calles destruidas de la ciudad, aún atónita por semejante espectáculo de destrucción y muerte. Todo estaba en un estado pésimo, impidiéndome casi reconocer en que lugar me encontraba y aún más, saber hacia donde tenía que dirigirme. Todo esto comenzó a molestarme, creando pensamientos de bastante rencor hacía los causante de todo: los piratas. Apreté la mandíbula al pensar en esa escoria que infecta los mares y aceleré el paso en busca de alguien que pudiese ponerme al corriente.

Tras una pequeña caminata, me topé con un grupo de marines que parecían estar organizándose para alguna tarea. Me detuve detrás de ellos y les saludé con tono frío y distante.
- Sargento Tilmitt, ¿podrían explicarme qué a ocurrido aquí?

Dafne se encontraba paseando por la cuidad, intrigada por averce llevado la sorpresa de que todo estaba en ruinas, hecho realmente un desorden se acerco a un grupo de marines y le pregunto de que habia sucedido

-Bueno sargento, por donde empezar primero fue el desorden que causo un novato en la plaza, después llego una banda de novatos muy fuertes que causaron la mayoría de los destrozos en el puerto y gran parte de la pueblo y algunos otros piratas y bandidos que han andado haciendo destrosos pero los altos mandos ya se estan haciendo responsables de todo.

Sin mas dudas los marines siguieron su camino pues aun tenian muchos deberes por cumplir
-oie has oido de que unos novatos seran entrenados por el vice almirante helmeppop
-si lose aun no me lo creo, eso es sorprendente que suerte tienen
se podia escuchar como susurraban entre ellos mientras se alejaban de la sargento

Luego de unos minutos sono el den den muchin de la sargento
-sargento Dafne Tilmitt favor de presentarse en la oficina pronto.

Tras las explicaciones de los marines, estos se marcharon a cumplir con sus tareas dejandome sola de nuevo. Pude escuchar su conversacion mientras se alejaban, pero deje de prestarles atencion cuando sono mi Den Den Muchin, apremiandome a llegar cuanto antes a la oficina. Comence a andar de nuevo, encaminandome hacia donde recordaba que se encontraba mi lugar de destino. Acelere el paso, sintiendo como mi rencor hacia los causantes de todo este desastre iba aumentando considerablemente, hasta tal punto que me prometi a mi misma que esta injuria no quedaria sin castigo.

Minutos despues, por fin me encontraba a las puertas de la oficina. Recoloque mi uniforme para presentarme lo mas decente posible, abri la puerta con la mano izquierda y entre.
- Sargento Tilmitt.

Hice el saludo militar y permaneci firme en el sitio, esperando nuevas ordenes y alguna noticia que me permitiese localizar a los malditos piratas.